A medida que la humanidad avanza en sus aplicaciones tecnológicas, pareciera que cada vez más una palabra se está volviendo fundamental: 5G. Tener una infraestructura 5G se ha convertido en un elemento fundamental para que las naciones del mundo no se queden atrás con respecto al resto del planeta. 

Hoy, en 2020, las redes 5G son de hecho una realidad en algunos países del mundo e incluso de América Latina. Y aunque es importante hablar sobre las ventajas que traerán para los usuarios de redes móviles, lo cierto es que el alcance de una red 5G va mucho más allá de las velocidades de bajada.

Esta es la primera red de comunicaciones que no está pensada para el usuario, sino que está pensada para las empresas y el sector comercial”, afirmó José Felipe Otero, director para América Latina y el Caribe de 5G Américas, durante el panel del evento Colombia en la era 5G, organizado por MediaTek con el apoyo de Impacto TIC.

En otras palabras, implementar una red 5G va a revolucionar por completo no solo nuestras comunicaciones, sino también la economía y el sector empresarial. 

El esfuerzo es de todos

Durante el contexto del despliegue de una nueva red de comunicaciones, es claro que las primeras entidades a las que les serán asignadas responsabilidades serán las empresas de telecomunicaciones. Pese a que ciertamente en ellas recaen grandes responsabilidades –como el diseño de la red, realizar estudios, desplegar infraestructura y mantenerla actualizada– la realidad es que este es un esfuerzo conjunto.

Colombia no se va a desarrollar en 5G y tal vez ni siquiera en 4G si los gobiernos regionales no abren las puertas a estas nuevas tecnologías”, explica Carlos Lugo, director ejecutivo de la Comisión de Regulación de Comunicaciones.

En países que ya han desplegado la tecnología 5G, muchos de los costos de instalación e infraestructura están apoyados por las labores del estado. En China, por ejemplo, debido a su estado especial y a que muchas de las compañías de telecomunicaciones son estatales, el gobierno ha sido instrumental en desplegar una de las redes más grandes de 5G.

Un ejemplo más cercano es el gobierno de Uruguay, que han desplegado la primera red 5G de la región y se han convertido en ejemplo y líder en América Latina. En todos los casos, los gobiernos nacionales y regionales apoyaron el despliegue de esta tecnología. 

Colombia no se queda atrás

Y sin embargo, aunque en Colombia todavía no tenemos una verdadera red 5G, esto no quiere decir que nos estemos quedando atrás. Pese a que estamos todavía dando nuestros primeros pasos en cuanto a infraestructura, el país es de hecho líder en cuanto regulación y normativas.  

“Puedo decir que nosotros [Colombia], en el marco de nuestra competencia, somos el único país del mundo que acaba de aprobar dentro de su marco normativo un modelo de sandbox regulatorio”.

Carlos Lugo, Comisión de Regulación de Comunicaciones

La clave para una implementación oportuna de nuevas tecnologías es sin duda alguna reducir las barreras legales. De esta manera, la innovación llegará al país de una forma mucho más fluida y también con una mejor eficiencia regulatoria.

Es la primera vez en la historia de las telecomunicaciones que una tecnología no está pensada enteramente en los usuarios, decía José Felipe Otero, y esto tendrá profundos impactos en el mercadeo y el modelo de negocio. Aunque con redes anteriores el retorno de la inversión provenía principalmente de los usuarios individuales, con 5G mucho de este flujo de dinero tendrá que ver también con las implementaciones empresariales. 

Se muestra que Internet de las Cosas ya no es solo una conexión –dice Galé Mallol Agudelo, presidenta de la Asociación de Tecnologías de Información y Comunicaciones de Colombia–, los elementos de analítica y el Big Data son insumos importantes para mejorar”. 

En pocas palabras

Las redes 5G, aunque son mencionadas como si fueran el futuro, son una realidad en algunos países del mundo. Colombia tiene una gran oportunidad en sus manos, siendo pionero en regulaciones a nivel global y atreviéndose a pensar cómo será un país conectado y equitativo para todos.

Durante la ronda de cierre, Carlos Lugo mencionó: «Desde la CRC nos volcamos hacia las regiones; pasamos de tener solo un municipio certificado en diciembre a tener 124 en este momento. Esto requiere de despliegue y requiere que las regiones permitan ese despliegue especial. Esto es un esfuerzo de todos«.

Galé Mallol recalcó que el gran reto de empresas y gremios en el cuadro nacional es que las políticas públicas prevalezcan por encima de cada gobierno. «Tenemos que tener un marco jurídico mucho más grande, que les deje entender a los operadores y a los alcaldes que tenemos que despegar esta infraestructura. No es lo mismo elegir un alcalde que no entienda de la TIC a otro que entienda la importancia de la utilización de las TIC«.

José Felipe Otero, por su parte, recalcó que hay que tener paciencia y considerar que cada tecnología móvil tiene un periodo de vida de 20 años, pero que cada 10 está llegando una nueva. «Es todo un proceso evolutivo, porque no toda tecnología es estática. Hay que ir paso a paso y recordar que para desplegar se necesita inversión pública, inversión privada y la colaboración de todos los municipios«.

Amikam Yalovetzky, gerente de Ventas Senior de MediaTek para Latinoamérica, cerró diciendo que la planificación es lo primero, un mensaje con el que fue insistente durante la mañana del evento. «La tecnología está y MediaTek la va a seguir trayendo, pero planificar y actuar de teoría a práctica es lo más importante«. 

Los riesgos son muchos, pero las oportunidades son incluso más y más grandes. Según Otero, se espera que para 2025 el 5G llegue al 80% de la población que ya tiene conexiones 4G. El reto está en llegar a las regiones en donde no hay buenas conexiones. Los gobiernos, de la mano con las empresas de tecnología, puede que sean el eslabón clave para llegar a la meta de un país mucho más conectado. 

Fuente: Impacto TIC